La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...
Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
En las preguntas de los niños y los adolescentes está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.
Cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de nuestros hijos.
Las personas adultas somos un modelo de lectura para niños y jóvenes. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, novela, cómics, en Internet...
No hay comentarios:
Publicar un comentario